Daniel Millán, nacido en Jaén, aunque por necesidades laborales de la familia tuvo que emigrar cuando era muy pequeño, Nunca abandonó sus raíces ya que las que retornaba cada verano. Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Alcalá de Henares y PDG por IESE Business School. Su carrera profesional ha estado siempre vinculada a la empresa, principalmente en el área de estrategia. Creó su primera empresa cuando tenía 26 años y, desde ese momento, ha tenido la oportunidad de participar en numerosos proyectos que le han proporcionado una gran experiencia en el ámbito del emprendimiento empresarial. En la actualidad, preside una consultora de comercio internacional y pequeño family office, o fondo de inversión familiar, que le permite estar vinculado a varios proyectos de inversión como es el de Elaia Zait. Además, es miembro de la red de Red de Inversores Privados y Family Offices del IESE, una de las principales del país.
Hace ahora cinco años, un proyecto en la consultora internacional hizo que se acercara al sector oleícola y a su tierra. En la actualidad, tiene la suerte de seguir colaborando con esta empresa, que es una de los mayores productores de aceite de oliva a nivel mundial. Esto le permite tener un conocimiento muy amplio del sector. Gracias a esta experiencia y a sus ganas por impulsar el desarrollo empresarial en la provincia de Jaén, se decidó a dar los primeros pasos en un proyecto de innovación, el cual, comenzó con muchas dudas y que ha ido consolidándose hasta conocerse como ELAIA ZAIT.
¿Cómo surge Elaia Zait y cuáles fueron las mayores dificultades que encontrasteis en el camino hasta llegar al día de hoy?
Como he dicho antes, tengo la suerte de colaborar con uno de los grandes “players” del sector de la producción de aceite de oliva en los mercados internacionales. En una de las campañas de marketing que hicimos, uno de los equipos comerciales nos pidió el poder regalar algún utensilio con la botella para que fuera más atractivo en el lineal para el cliente. Cuál fue mi sorpresa al comprobar que, apenas, existían utensilios para el aceite de oliva. Esto me hizo profundizar en el tema hasta el punto de plantearnos la posibilidad de crear un proyecto para el desarrollo de todo un mundo alrededor del aceite de oliva, al igual que existen en otros productos como el vino, la ginebra, el té, la mantequilla o el café. Y yo quería hacerlo en Jaén, como no podía ser de otra forma. En ese momento, tuve la suerte de cruzarme con Juan Carrillo, mi socio en la empresa, con una gran experiencia comercial y que conocía bien el sector de la distribución. Los dos comenzamos esta andadura y, como yo vengo del modelo de escuela americana de negocio, era consciente que teníamos que hacerlo bien. Por ello, no dudamos en acudir a la Universidad de Jaén, con la gran fortuna de que, el profesor José Juan Gaforio, se hiciera cargo del proyecto.
He de reconocer que, las dificultades, han sido y están siendo muchas. Nosotros éramos conscientes que teníamos que involucrar al sector en el proyecto y hacerlo partícipe del mismo, para conseguir que se aceptara. Pero no ha resultado sencillo porque es un sector muy endogámico y donde, cualquier cambio, resulta complicado de aceptar. No obstante, gracias al proyecto conjunto con la Universidad, conseguimos involucrar a mucha gente, lo que nos ha permitido ganar incondicionales para el proyecto. Obviamente, todo este trabajo meticuloso de innovación y desarrollo, ha necesitado mucho tiempo e inversión. Han sido tres años hasta ver la luz los primeros utensilios. Por otro lado, he de reconocer que no existe un ecosistema muy favorable para el emprendimiento en España y, menos en Jaén, pese al gran trabajo que está realizando la Diputación. No hay apenas ayudas y toda la inversión, tiene que correr a cargo de los socios y, para una pequeña startup, esto resulta tremendamente complicado. Aun así, estamos muy contentos por haber conseguido llegar al día de hoy pues hemos conseguido salvar todas estas dificultades y otras muchas más. En la actualidad, la gran barrera que nos encontramos es que no existe nada de lo que hacemos y, por tanto, no tenemos competencia que nos ayude a impulsarlo. Sé que resulta extraño lo que digo, pues lo lógico es pensar que tener algo único es un privilegio, pero no es tal cuando todo el peso de educación del mercado corre por tu parte. Estamos creando algo nuevo y esto requiere un gran esfuerzo. Un reto que, por supuesto, estamos dispuestos a afrontar
Elaia Zait, ¿por qué ese nombre?
Para nosotros, el proyecto significa creatividad, diseño, innovación y muchas más cosas, pero, todas ellas, relacionadas con personas. Por ello, queríamos un nombre que nos evocara a una persona, y si podía ser femenina, mucho mejor, porque la mujer tiene mucha más sensibilidad. De ahí el nombre y de ahí el logotipo que emula a una firma personal. Pero claro, buscábamos un nombre que tuviera relación con la esencia del proyecto, el aceite de oliva. Ello hizo que nos decantáramos por Elaia, palabra de origen griego que lo engloba todo, ya que su forma neutra designa a el producto de la oliva (el aceite); el masculino, al árbol salvaje o acebuche; y, la forma femenina, hace referencia tanto al árbol como al fruto: “oliva”. ¡Todo eso, ni más ni menos! Y, si a esto, le sumamos que, Elaia, es un nombre vasco, hacía que nos encajara perfectamente con nuestro objetivo de que la empresa tuviera nombre de persona y relación con el producto. Para el apellido nos decantamos por Zait. Palabra de origen hebreo que significa “aceite” y que derivó en la palabra árabe “zaitum” que es el origen de la palabra “aceituna”.
¿Podría describir a nuestros lectores el innovador proyecto que supone Elaia Zait para el sector del AOVE?
Como he contado anteriormente, una simple circunstancia hizo que saltara esa chispa que provocó que pusiéramos el foco y nuestra atención en los utensilios para el aceite de oliva. El hecho que, a primera vista, no existiera prácticamente nada nos creó un recelo que intentamos solventar junto a la Universidad. Por ello, antes de desarrollar nada, teníamos que, por un lado, conocer con exactitud qué utensilios y elementos existían relacionados con el aceite de oliva, no solo en España, sino también en otros países, Y, segundo, y para mi mucho más importante: ¿por qué no existían? Teníamos clara una regla básica del emprendimiento en relación a la innovación. Esta tiene sentido si existe una necesidad y si somos capaces de satisfacerla a un precio razonable para el cliente.
Gracias a la primera fase de investigación junta a la Universidad, conseguimos detectar qué utensilios había en el mercado y, sobre todo, cuáles se necesitaban. Pero lo más importante de todo, comprendimos el por qué había tan poco alrededor del aceite de oliva. La razón principal radicaba en que la fabricación de los aceites de cosecha temprana era relativamente reciente y son estos aoves los que dan sentido a que se cree un mundo alrededor del mismo. Comprendimos que todos los grandes productos, como los mencionados (vino, café, té, etc.) tenían un gran componente social en su consumo y una infinidad de elementos para disfrutarlo. Por ello entendimos que, si el aceite de oliva virgen extra, quisiera hacerse un hueco entre los grandes productos de consumo, necesitaba una serie de utensilios y elementos que permitan disfrutar de él y poder compartir ese momento. Todo esto es lo que da sentido a nuestro proyecto. Nuestra idea es hacer que el #AOVE pueda disponer de herramientas para que, el consumidor, sea capaz de apreciarlo y valorarlo y que, a su vez, su degustación pueda convertirse en un acto social. A día de hoy, el consumidor, desgraciadamente, solo puede disfrutar del aceite de oliva virgen extra, principalmente, mojando con pan, nosotros queremos darle utensilios para que lo pueda disfrutar con los cinco sentidos.
¿Continúan investigando para desarrollar más proyectos en el futuro?
En Elaia Zait estamos convencidos que, esto, es solo el principio. Estamos aquí con la pretensión de cambiar las cosas y aportar nuevos elementos que hagan más grande nuestro aceite de oliva virgen extra. Ya estamos trabajando en nuevos utensilios y productos y tenemos muchos más a la espera de poder ver la luz. Pero somos conscientes que hay unos recursos limitados y necesitamos ir sacando productos y teniendo un retorno que nos permita seguir innovando, invirtiendo y desarrollando nuevas cosas. Tenemos muchas ideas pero tenemos que ir poco a poco. Es más, te voy a dar una exclusiva, en Expoliva queremos lanzar un producto que estamos seguros que no va a dejar indiferente a nadie y que va a cuestionar lo más esencial en la cata y degustación de este producto. Y, hasta aquí puedo contar, como diría aquel. Tendremos que esperar a mayo para conocerlo.
Si tuviera que pedir un deseo para el sector del AOVE en la provincia de Jaén ¿Cuál sería?
Siempre digo lo mismo. Tenemos que creérnoslo en Jaén, somos líderes a nivel mundial en la producción del aceite de oliva y, desde esta fortaleza, me gustaría que nos convirtiéramos en líderes en todos los ámbitos que lo rodea. Líderes tecnológicos, líderes en el envasado, en la distribución, en la innovación de nuevos productos, en la investigación, en calidad, en packaging y pioneros en todo lo que envuelva a nuestro oro líquido que, cada vez, es más verde. No podemos obviar que, el resto de mercados, están haciendo movimientos para disputarnos este liderazgo y, esto, es un lujo que, Jaén, no se puede permitir. Y, para ello, tenemos que creer en ello y, sobre todo, debemos invertir en profesionalizar todo lo que rodea a este producto. Que seamos capaces para ponernos de acuerdo en crear la IGP (Indicación Geográfica Protegida) de Jaén. Ese es mi deseo, que cuando alguien diga aceite de Jaén, sea un motivo de orgullo.